La Federación Agraria Argentina (FAA) inauguró una planta de producción de biodiesel en la localidad santafesina de Salto Grande, la primera de la provincia pensada para el autoconsumo a partir de colza. La planta forma parte del proyecto BIOFAA, una iniciativa de la Federación Agraria para que cada productor agropecuario logre el autoconsumo, produciendo su propio combustible y su propia harina proteica.
El proyecto fue posible gracias al aporte económico de la Secretaria de Ciencia y Técnica de la Nación mediante su Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, en el marco del programa FONTAR (Fondo tecnológico Argentina).
A los fines de obtener el desarrollo científico y tecnológico, se celebraron convenios con la Universidad Tecnológica Nacional de Villa María y con la Industria Metalúrgica Gentili (IMEGEN), de la localidad de Tancacha, Córdoba.
Además se desarrollaron ensayos experimentales en los INTA de Rafaela, en Santa Fe; y Marcos Juárez, en Córdoba; con el objeto de demostrar la sustentabilidad del proyecto. Agricultores Federados Argentinos decidió tener su primera planta en Salto Grande.
Los productores, destinan solo 10 por ciento de su campo, que durante el invierno está desocupado, al cultivo de colza (contraestación con respecto a soja).
Con dicha producción se origina todo su combustible, logrando el autoabastecimiento. La harina proteica, o expeler, resultante del proceso de obtención de biocombustible se utiliza como suplemento proteico animal.
«El proyecto BIOFAA es parte del trabajo cotidiano de la Federación Agraria donde se apuesta al desarrollo local y al arraigo de los productores y los jóvenes en el campo argentino», señaló el secretario de Finanzas de la entidad, Juan Manuel Rossi.
Puntualizó que «este proyecto apunta a la diversificación productiva, al autoconsumo, donde cada productor elabora su propio combustible para la generación de alimentos y para la producción agropecuaria». Además, destacó que «como subproducto, se obtiene harina proteica, uno de los principales insumos para la alimentación animal».
«Así, se promueve la diversificación productiva y la generación de mano de obra en el campo. Es un proyecto integral de doble propósito: por un lado generación de energía y por otro harina proteica para aumentar la producción de alimentos (carnes)», indicó Rossi.
Con la inauguración de esta planta, los pequeños y medianos productores demuestran que la producción de combustibles de origen vegetal es posible y eficiente para ellos.
«Son plantas chicas. Es un proyecto rentable, es viable, cumple con la Ley de Biocombustibles, y ayuda al cuidado del medio ambiente al reemplazar combustibles fósiles por biocombustibles, y estimular cultivos alternativos», remarcó Rossi.
El responsable del proyecto BIOFAA, Marcelo Rasetto, sostuvo que «esto nos plantea la responsabilidad y el desafío de cómo seguir. Nosotros queremos que sea la planta ejemplo, que funcione en los términos y parámetros que exige la Ley».
Señaló que «va a ser lo que necesiten los productores cuando el combustible cueste 2,50 pesos». «No digo que va a ser mañana. Ojalá sea en muchos años, pero va a llegar porque cada vez hay menos petróleo. Y esta es la forma en que se podrá reemplazar ese combustible en el mismo motor a través del autoconsumo y a partir del grano propio», concluyó Rasetto.
Fuente Infobae